martes, 14 de mayo de 2013

Las Acciones Físicas y el Si Mágico son dos de los elementos fundamentales del Sistema: le ayudan al actor a lograr una experiencia vívida y verdadera sobre el escenario, aplicando con lógica las leyes naturales en lugar de violentarlas. Aprenderemos más sobre el Método Stanislavski todos los sábados de 11:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00 hs en la Clac, Av. de Mayo 1156. Informes e inscripción: metodostanislavsky@gmail.com 15-5148-2419


lunes, 13 de mayo de 2013

RUBIK les desea un muy feliz día a todos los actores y actrices. Que la búsqueda de la verdad escénica los lleve a encontrarse a sí mismos en todo momento que le dediquen al arte de la interpretación. ¡Salud y mil y un roles para cada uno de ustedes!

"Ama el arte en tí, no a tí en el arte."
Konstantín Stanislavski


lunes, 6 de mayo de 2013

Nuestra manera de trabajar.




Entonces, ¿cómo se trabaja en RUBIK
Las clases tienen una duración de tres horas semanales bajo la siguiente modalidad: durante la primera hora se imparten los conocimientos teóricos, se ven por partes y en detalle los elementos empleados en el Sistema de Actuación de Konstantín Stanislavski, se dan las pautas, se responden las preguntas y se realizan ejercicios guiados sobre el escenario. La siguiente media hora es dedicada al trabajo corporal y vocal, con ejercicios específicos guiados por un profesional en el área. Luego la clase dispone de quince minutos de tiempo libre, en el transcurso de los cuales el grupo de turno arma la puesta y se prepara para la improvisación. Es así como la última hora de la clase se dedica a improvisaciones previamente ensayadas en grupos de entre tres y cinco personas, habiendo entre dos y tres improvisaciones por clase. Los últimos quince minutos se emplean en emitir una devolución a los compañeros que han trabajado sobre el escenario, a fin de marcar los logros, las fallas, los avances o los retrocesos de su trabajo actoral. 
Este año tendremos dos horarios para los sábados: de 11:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00 hs con grupos reducidos a veinte personas cada uno, y otorgaremos mediante un sorteo dos becas completas para cada horario a fin de acercar el teatro a toda la comunidad. Para sugerencias y más información, los invitamos y agradecemos que nos escriban a metodostanislavsky@gmail.com. Muchas gracias a todos.

RUBIK

lunes, 29 de abril de 2013


  1. Al parecer, para lograr un rol dramático no era suficiente con encerrarme en un calabozo lleno de ratas, hacía falta algo más. Pero, ¿qué? Según parece era preciso al contrario, ascender a un nivel más alto. Pero cómo llegar allí, eso no me lo decía nadie. Los directores explicaban con habilidad lo que querían lograr, lo que se necesitaba para la obra; estaban interesados sólo en el resultado final. Criticaban, señalando también lo que no les servía. Pero cómo lograr lo que sí era necesario, eso se lo callaban. “¡Conmuévete, siéntelo más, con más profundidad, vívelo!”-dicían ellos. O “¡No te estás conmoviendo! ¡Debes conmoverte! ¡Trata de sentir!”

    Y yo trataba, intentaba con todas mis fuerzas, me tensaba, hacía un nudo con los intestinos, exigía la garganta hasta la ronquera, abría los ojos hasta que casi se me salían de las órbitas, me constreñía hasta el mareo en un intento de cumplir esa sobrehumana tarea... El sentimiento iba a parar a alguna parte del estómago y terminaba tan agotado, que era incapaz de repetir la escena cuando lo exigía el director.
    Y eso en los simples ensayos. ¿Qué pasaría durante la función, con público presente, cuando de los nervios perdería el control sobre mí mismo? En efecto, durante el estreno, mi actuación resultó en una mediocre "convulsión actoral".
    Sin embargo… el espectáculo fue todo un éxito.
    Las decoraciones y los trajes, hechos según los bosquejos del talentoso Sollogub, el tono, la grandeza del espectáculo, la talentosa puesta en escena de Fedotov, todo era nuevo y original para aquella época. Aplaudían. ¿Y quién iba a salir, sino yo? Y yo salía, hacía reverencias y el público me recibía porque no sabía diferenciar el trabajo del dibujante, del trabajo del director, y el trabajo del director del trabajo del actor. Al final, también yo recibía cumplidos. Y yo les creía y pensaba con sinceridad que si me halagaban, entonces mi trabajo llegaba al público, los impresionaba. Es decir que hacía todo bien. Entonces esa “convulsión actoral” era, en efecto, la inspiración añorada. O sea que sentía en escena de la forma correcta.
    Pero el director regañaba… ¡Envidia! Y si me envidiaba, ¡entonces había qué envidiar!
    De ese círculo vicioso de autocomplacencia no hay salida. El actor se enreda y se zambulle en el fango de la adulación y del elogio. Siempre gana la opinión que es más agradable de oír, aquello que más se quisiera creer. Gana el cumplido de las admiradoras y no la amarga crítica del conocedor.
    ¡Jóvenes actores! ¡Teman a sus admiradoras! Flirteen con ellas, si lo desean, ¡pero no hablen con ellas sobre el arte! ¡Aprendan desde los primeros pasos oír, entender y amar la cruel verdad sobre ustedes mismos! Y aprendan a reconocer a aquellos que son capaces de decirla. Con esas personas hablen sobre el arte. ¡Que ellos los regañen lo más seguido que puedan!

    "Mi vida en el arte"
    Konstantín Stanislavski